lunes, 3 de diciembre de 2007

PERDIO CHAVEZ, GANO LA REVOLUCIÓN

Ayer fue un día histórico en Venezuela. Los que pudimos seguir la jornada electoral desde nuestros hogares a miles de kilómetros del país y gracias al canal de noticias de la CNN, comprobamos que cuando el CNE (Consejo Nacional Electoral) hacia la una de la madrugada de este día 3 de diciembre ofreció el demorado y ansioso primer comunicado de los resultados, algo histórico y único se estaba produciendo. Los observadores internacionales, alrededor de cien, invitados por el CNE y los dos bloques electorales, el del SÍ y el del NO, manifestaban a los periodistas de la cadena norteamericana, su agrado ante la agilidad, modernidad y limpieza de la jornada electoral que se estaba desarrollando. Y dejaban claro la colaboración recibida por las autoridades. Lo cierto que los observadores internacionales no hacían otra cosa que corroborar que en Venezuela los mecanismos de elección democrática eran efectivos, como lo habían sido -y también lo habían constatado en su momento- los otros procesos anteriores de elección celebrados en los últimos nueve años en el país bolivariano. Y resalto este hecho, porque si de algo han acusado al Presidente Chavez y a su gobierno los adversarios y enemigos nacionales, continentales e internacionales es que su Presidencia es de "dudosa" credibilidad democrática. Afirmación gratuita y destinada a sembrar duda entre una opinión internacional que suele estar bastante prejuiciada. Por el contrario, es interesante contrastar como en Venezuela en estos años se han llevado procesos electorales limpios y avalados por las autoridades europeas e incluso norteamericanas; no pudiendo decir lo mismo otros gobiernos del continente que gozan, a los ojos de los "opinadores mediaticos" de una carta en blanco de espíritu democrático. Venezuela demostró ayer que es un país democrático. Garante de la voluntad popular, sea esta la que sea. Y sea esta la que favorezca o no al gobierno del país. El gobierno de Chavez perdió ayer por un estrecho margen; pero, sin duda, ha ganado en legitimidad democrática. Legitimidad que no han tenido que reconocer, aunque sea con la boca pequeña, algunos de los mas sonados propagandistas del neoliberalismo y férreos enemigos de todo aquello que en América Latina constituya un cambió social, como el señor Andrés Oppenheimer, opinador argentino radicado en Miami, quien ha reconocido esta circunstancia esta mañana a una emisora radial mexicana con la que colabora.
Pero lo que sucedió ayer en Venezuela no fue sólo una lección de democracia. Siendo esto muy importante, lo más destacable, creo yo, ha sido el hecho de como la Revolución Bolivariana ha entrado en una fase crucial para sus expectativas históricas. Porque sinceramente: Chavez se equivoco. Se equivoco al convertir el referéndum en una cuestión de apoyo personal como así lo había manifestado un día antes en el mitin de cierre de su campaña. Chavez se equivoco al pensar que habiendo obtenido en los procesos electorales anteriores un respaldo alto de la población, en esta ocasión sería lo mismo. Y también se equivoco al prejuzgar a sus propios partidarios. Porque si bien el margen del NO fue escaso, tampoco los votantes del SÍ fueron muchos en comparación con lo que había sucedido un año antes cuando Chavez gano las elecciones generales. La abstención fue casi superior a la suma de los votos del NO y del SÍ (pueden comprobarlo buscando las cifras en Internet). Lo que indica que la mitad de la población venezolana no fue a votar. Y no fue a votar en una elección transcendental para el futuro del país. Las razones de esta abstención tan alta pueden ser varias: gente descontenta que no creía en ninguno de las opciones; gentes desinformadas; personas que consideraban que con su acción castigaban a Chavez; personas simpatizantes de Chavez que no veían claro lo que este les proponía. El propio Presidente en la rueda de prensa posterior al resultado, dejó claro que los votos de la abstención eran los suyos; es decir, que una gran parte de los chavistas no creyeron en la propuesta de reforma que su líder les proponía. Y esta opinión tiene signos de ser cierta si comprobamos, como hizo el mismo Chavez en esa rueda de prensa, que los votantes por el NO habían aumentado muy poco y se mantenían en los registros de otras consultas electorales.
Sí la afirmación de que los votos de la abstención son votos chavistas, entonces lo que deberían preguntarse los dirigentes de la revolución bolivariana, empezando por Chavez es qué paso para que gran parte del electorado chavista no saliese a votar. ¿Es qué de la noche a la mañana perdieron la confianza en su líder? Lo que yo creo es que lo que Chavez les proponía no les parecía claro. Y sobre todo lo que era el gran pastel de la propuesta: la reelección indefinida del Presidente; se convirtió en la clave del triunfo del NO que eclipsó al resto de las reformas que la consulta proponía; algunas de ellas incluso capaces de ser asumidas por la oposición, como esta misma reconoció en rueda de prensa después del triunfo del NO. De ser esta interpretación cierta, estaríamos entonces ante una situación de encrucijada de la misma revolución bolivariana; del mismo chavismo y del propio Chavez. Porque parece claro que la revolución ha dejado de "pertenecerle" al Presidente. Y hago esta afirmación porque si una buena parte del chavismo, de los votantes y apoyos de la revolución decidió quedarse en sus casa y no seguir el mandato de su líder, es porque ese líder esta vez ha sido cuestionado. Porque ha sido juzgado en sus acciones.
La abstención se convirtió ayer en la gran triunfadora. Y, sobre todo, porque es una abstención del chavismo no de la oposición. Una abstención que esta poniendo un toque de atención sobre como se esta llevando el proceso revolucionario y sobre el papel de su líder. Los abstencionistas chavistas han dicho NO a la concentración de poder en un sólo hombre. NO a la instauración de un sistema basado en el personalismo. Ha dicho NO a un proceso que no se reconozca como colectivo en sus manifestación del poder institucional; es decir, donde exista no un liderazgo sino un debate de ideas abierto, extenso, ancho y profundo sobre el llamado Socialismo del Siglo XXI. El abstencionismo chavista desea más participación; mayor presencia de otros lideres; menos verticalidad militar; y menos ordeno y mando; y si mayor funcionamiento institucional de los organos colectivos empezando por el congreso como una tribuna de discusión real y no sólo como un apéndice de la voluntad del líder único.
Por otra parte, el abstencionismo chavista ha dicho SI a la revolución bolivariana. Al desarrollo y profundización de ésta, enmarcada en un debate plural de las ideas fortalecedoras. Ha dicho SI a una oposición que cuestione y sirva de control al propio proceso. Una oposición no como la que hay ahora: desmembrada, ligada solo a los interese de la partidocracia anterior y dirigida desde los deseos del "amigo americano".
El abstencionismo chavista busco manifestar su desacuerdo con el proceso revolucionario no siendo antirrevolucionario. Por el contrario, diciéndole al Presidente Chavez que su poder es limitado. Que no puede presentar una propuesta de tan amplio y profundo calado como si fuese algo suyo propio; como algo que se convierte en un "regalo envenenado" . El Presidente Chavez tiene que entender que la revolución no es sólo un proyecto personal que comparte con sus "cuates". La revolución, Señor Presidente, es ya del pueblo; le pertenece a él y reclama su control. El Soberano, como a usted le gusta decir, decidido este 2 de diciembre hacérselo saber. Por favor, Señor Presidente reciba el mensaje y pongase a sus ordenes.
SIDERIUS